A VUELTA CON LOS ERTE`S

Es importante que tengan en cuenta que, a partir de mayo, los ERTE presentados y autorizados, cambian y conllevarán una declaración responsable con las razones que motivan a no recuperar la actividad y justifiquen las causas de fuerza mayor que imposibilitan la reanudación de la actividad.

La normativa hace referencia a que “se deberá reincorporar’’, de forma que establece una obligatoriedad y será necesario acreditar la justificación de las razones de prorrogar estos expedientes, dado que en Canarias ya entramos en fase 2.

Además, cambian completamente las exoneraciones de los afectados por ERTE:

Habrá que analizar en qué situación están en cada caso y será importante que estén preparados para acreditar las siguientes causas:

“Las suspensiones de contrato y reducciones de jornada que tengan su causa directa en,

⦁ Pérdidas de actividad como consecuencia del COVID-19,

⦁ incluida la declaración del estado de alarma,

⦁ que impliquen suspensión o cancelación de actividades,

⦁ cierre temporal de locales de afluencia pública,

⦁ restricciones en el transporte público y, en general, de la movilidad de las personas y/o las mercancías,

⦁ falta  de suministros que impidan gravemente continuar con el desarrollo ordinario de la actividad,

⦁ bien en situaciones urgentes y extraordinarias debidas al contagio de la plantilla o la adopción de medidas de aislamiento preventivo decretados por la autoridad sanitaria,

que queden debidamente acreditados, tendrán la consideración de provenientes de una situación de fuerza mayor, con las consecuencias que se derivan del artículo 47 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre’’.

Muchas de estas causas han desaparecido con la desescalada por lo que tendrán que valorar en qué situación se encuentran, con mucha probabilidad será en ERTE parcial o, en pocos casos, ERTE total y habrá que valorar finalizar el expediente.

Se flexibiliza hacia ERTE parciales, pero motivados en las mismas causas, por lo tanto, es importante valorar seriamente la reincorporación del personal dado que en todos los casos se tendrá que presentar esa declaración y estar preparados por si nos requieren acreditación, muy justificada, en cualquier momento.
 
Todo esto se tendrá que preparar esta semana, dado que se comunican los cambios con carácter previo, y me gustaría poder ir hablando con todos ustedes en la medida en que vayan teniendo claro cómo quieren proceder, para ser lo más previsores posible.

Opinión: Hasta aquí el comunicado que a día de hoy hemos enviado a todos nuestros clientes, en la seguridad de que no tenemos respuesta adecuada, en el sentido de poder ayudarles a tomar una decisión clara, segura y concreta sobre este asunto.

Hoy he escuchado en varios círculos, expresiones tales como, “se acabó la barra libre”, …. “maricón el último”, … “que cada palo aguante su vela..”, la cantidad de contradicciones es tal y de tal magnitud que, sinceramente, no queda otra que seguir palante… y que salga el sol por Antequera.

El principal requisito del Gobierno para que las empresas pudieran acogerse a sus ERTE era el mantenimiento del empleo en los 6 meses siguientes a la vuelta a la actividad. Así reza el BOE.

Pero bien es verdad, que desde el ejecutivo, se nos infundía tranquilidad relativa, en cuanto a llevar esta situación hasta el mes de junio, una vez hubiéramos salido de la situación de Alarma. Ayudando con los Erte´s y contraprestación a autónomos y mira por donde esta semana tenemos que tomar decisiones drásticas sobre la permanencia o no del ERTE.

Esto significa que el empleo de los afectados por ERTE queda blindado durante 6 meses, una vez la empresa retome la actividad. Saltarse este plazo obligaría a las empresas a devolver a la Seguridad Social la exención de las cotizaciones de sus empleados y lo que han cobrado estos en prestaciones públicas del SEPE. Un castigo de dimensiones mayúsculas. Máxime cuando las obligamos a desafectar el ERTE a velocidades forzadas y sin garantías de poder empezar a explotar la actividad con un mínimo de éxito.

Después de la publicación de la polémica cláusula, el Gobierno intentó matizar con otro decreto ley, cambiando el «compromiso» de la empresa por la «voluntad» de mantener el empleo, aunque se desconoce el impacto legal de este cambio, porque puede tratarse de una interpretación no vinculante.

La condición de mantener el empleo 6 meses pesa como una losa sobre los diferentes sectores de la economía, y más, teniendo en cuenta, el polémico plan de desescalada del Gobierno. Y es que, Sánchez pretende que la hostelería, el turismo o el comercio empiecen a abrir con cuentagotas sus locales y con unos niveles de actividad inviables para su supervivencia. ¿Cómo van a incorporar los hoteles, bares y cafeterías… al 100% de su plantilla si no se permite siquiera la movilidad de viajeros entre comunidades? Si un bar sólo puede tener al 30% la terraza, ¿cómo va a sacar del ERTE a todos sus camareros? Estas son algunas de las dudas que le surgen a las empresas, que no saben si en las primeras fases de la reapertura ya tienen que reincorporar a todos sus empleados o no, algo que sería insostenible para cualquier negocio. O sabiéndolo, es igualmente inviable en estos momentos.

La prensa, hoy, se hace eco del cambio de normativa en cuanto al uso de mascarillas, ni el Spilber, en sus mejores películas, tuvo la ocurrencia de abrir bares, cafeterías, hoteles y restaurantes con clientela usando mascarillas y sin el uso de la barra.

También hoy, he leído, el acuerdo entre el Gobierno y “Ciudadanos”, para la ampliación del Estado de Alarma, con argumentos encaminados al pago de los ERTEs más allá del mes de junio…. Etc…, otro cúmulo de contradicciones, contrarios a las obligaciones reales, expuestas en la primera parte de este escrito, a día de hoy.

A pesar de que la prórroga todavía está pendiente de votación, vamos a suponer que el estado de alarma termina en la fase III, en torno a junio. Para entonces, van a ser contadas las empresas que hayan conseguido recuperar toda su actividad. Si el propio Gobierno estima que hay más de 4 millones de empleados en ERTE, esa avalancha de nóminas en unas empresas que apenas han echado a andar podría acabar por dinamitar el tejido productivo del país. Por eso, desde la CEOE y desde las patronales de turismo, hostelería o comercio están presionando desde hace días para que el Gobierno prorrogue los ERTE.

Termino diciendo que lamentablemente nos esperan unos días, lo que queda de año y un lustro que serán un show de problemática, rencillas, juzgados y lo peor de todo, miserias humanas, gente que lo perderá todo. Cada quien que vea y juzgue lo que quiera.