LA REAPERTURA. EL CORONAVIRUS NOS CAMBIARÁ LA VIDA

La nueva convivencia vendrá marcada por dos normas clave: más separados y con más higiene

Esto, llevado a la utilidad práctica del día a día, en nuestro entorno laboral y social, supone una ingente, alocada y dispar cantidad de diversas medidas, según las distintas situaciones que se presentan en las innumerables actividades, negocios y sectores económicos.

Dicho lo cual, es conveniente que la mayoría de empresarios vayan asesorándose, antes de la reapertura, con sus entidades de “prevención de riesgos laborales”, preferiblemente, dada su capacitación, o por cualquier otros medios a su alcance.

Es pronto para sacar conclusiones definitivas, habida cuenta de las reuniones que el Gobierno mantiene en aras a los próximos días, semanas… clarificar dichas medidas.  En definitiva habrá que esperar, pero ya se vislumbran, por el caminar de otros países, cuáles van a ser algunas de esas medidas o por dónde van o pueden ir los tiros.

Algunas cuestiones que deben quedar claras y a las que nos hemos de acostumbrar:

  • La pandemia va a marcar un antes y un después en muchas actividades y servicios y va a obligar a convertir la excepción en la regla y viceversa.
  • La tecnología ha venido para quedarse”, aseguran los técnicos.
  • La regla de la distancia entre personas, también se quedará.
  • La obligación de guantes y mascarillas se da por descontada.

Si hasta ahora era impensable ver juicios desarrollados por videoconferencia, deliberaciones de jueces a distancia, o el trato de abogado-cliente a través de una cámara, ahora va a ser la norma. La idea principal es que jueces, fiscales, letrados y el máximo número posible de funcionarios sigan teletrabajando. En los juicios, si no es por delitos graves, el juez no tendrá presentes al acusado ni a los testigos ni peritos.  Además, se dice, se bunkerizarán los juzgados, el contacto entre ciudadano y funcionario será a través de una mampara y entre los trabajadores se contempla que ocurra lo mismo, a muchas dependencias no se podrá acudir sino con cita previa. A título de ejemplo, las togas de los letrados, que suelen ser compartidas, se requisarán.  Se ampliarán los horarios para espaciar más a los trabajadores. 

Los grandes grupos hoteleros españoles preparan junto al Gobierno las nuevas pautas de seguridad que tendrán que seguir estos establecimientos una vez se relajen las medidas de confinamiento y se permita su reapertura. El documento de desescalada para hoteles y demás alojamientos turísticos estará listo en menos de un mes, y en el sector ya se habla de un “antes y un después” de la pandemia de coronavirus. La seguridad sanitaria se erigirá en el nuevo reclamo turístico y condición “si ne qua non” para atraer clientes a los hoteles.  Algunas cadenas internacionales ya han empezado a adaptar sus instalaciones para promover estándares de higiene más elevados en todos sus establecimientos, aplicando además tecnología para limitar la interacción entre clientes y con los empleados, como el check-in digital a través del móvil, control sanitario de los clientes y empleados, la desinfección de los espacios y ambientes, el control de temperatura sin contacto y los equipos de protección personal, hasta un cambio integral en la operativa de los bufés y restaurantes; más tecnología y menor aforo serán los ejes del documento de inicio de la actividad. La duda que cunde en el sector turístico es si esta importante inversión en seguridad será compensada con la llegada de huéspedes.

Mientras nadie sabe a ciencia cierta cuáles serán las reglas del juego que impondrá la Administración, tampoco nadie duda de que habrá que reducir el aforo en bares y restaurantes y sofisticar las medidas de higiene. “Estamos mirando las mamparas que instalaremos en la barra…….

 Las trágicas consecuencias de la crisis del coronavirus pueden provocar la desaparición del 42% de las peluquerías, lo que podría suponer el cierre de más de 20.000 establecimientos, según un estudio que ha hecho público la Alianza de Empresarios de Peluquería de España. Un sector de extrema fragilidad –el 94,2% son microempresas de entre uno y cinco trabajadores– en el que pueden llegar a perderse 1.280 millones de euros en el 2020, el 44,4% de la facturación.

Aunque el Gobierno aún no ha estipulado una fecha oficial para la reapertura, el Consejo Nacional de Empresarios de Peluquería y Estética (Conepe) ha dado a conocer una serie de recomendaciones de higiene y seguridad.

Hoy por hoy las empresas de riesgos laborales no pueden realizar tests a los trabajadores, ya que es competencia de la Administración pública.

“lo que sí se puede controlar es que en el salón o entorno laboral no se pueda producir esa transmisión”.

Las empresas que se han de volcar en una buena gestión de la agenda y del local ya que, en cuanto se reanude la actividad laboral, los salones recibirán una altísima demanda. “Es necesario atender exclusivamente con cita previa para evitar la acumulación de gente” y una alternativa podría ser “ampliar o adaptar los horarios de los salones”.

En cuanto a la gestión del local, puesto que entre el cliente y el trabajador la distancia de seguridad “es imposible de mantener”, ambos deberán hacer uso de mascarilla. También se tendrá que adaptar la normativa a la organización del salón. “Si hay dos lavacabezas, sólo se podrá utilizar uno. Con los tocadores, habrá que dejar uno vacío entre cliente y cliente, incluso se podrían separar con mamparas”.

La medida más importante pasa por “extremar las precauciones de higiene” en todo momento. “Habrá que dotar a los trabajadores de medios de seguridad, desinfectar antes y después de cada servicio, enseñarles cómo recibir y atender a los clientes y fomentar el cobro con tarjeta”. En definitiva, la empresa deberá garantizar la prestación de sus servicios en las mejores condiciones de sanidad y seguridad laboral. Y  ésto es aplicable a muchas actividades.

En cuanto al transporte público y privado… La necesidad de guardar unas distancias mínimas entre los pasajeros enfrenta al transporte público a un escenario para el que no está pensado. La hora punta, tal y como se conoce hasta ahora, no puede volver a existir a corto plazo. Lo hace imposible la recomendación sanitaria de limitar la capacidad de trenes y autobuses a un máximo del 33% de su capacidad. La regla de un tercio impera desde el decreto del estado de alarma y el Gobierno trabaja con la idea de mantenerla durante los primeros compases del desconfinamiento.  El coche se presenta como la opción más individual y aislada pero aboca a un colapso viario, no hay cabida para tanto vehículo… otro problemón.

El pequeño comercio.

La relación estrecha con el cliente, al que conoce y aconseja en sus compras, define al pequeño comercio y debe ser su fortaleza cuando reabra. Este sector confía en que las medidas que tendrá que aplicar no se conviertan en barreras y que la gente apueste, ahora más que nunca, por la proximidad. El uso de mascarillas y guantes o el respeto de la distancia social, que ya son norma, en los establecimientos de alimentación que siguen activos, se mantendrán.  Seguramente, en los locales más concurridos habrá que añadir limitaciones de aforos para evitar aglomeraciones y esperar turno en la calle, instalar mamparas en algunas zonas, así como desinfectar espacios y género con frecuencia, por ejemplo las prendas que se prueban en tiendas de ropa.

 “Lo primero es la seguridad de nuestros trabajadores y clientes; claro que habrá que tomar precauciones y seguir unas normas, pero aún no sabemos cuáles”. Aunque y como alguien ha dicho: “No podremos parecer astronautas, la gente no vendrá a comprar”.

Los gimnasios… Con el aforo reducido en un 30%, turnos, mamparas en recepción, una intensificación extraordinaria del servicio de limpieza y desinfección y con estrictas normas para usuarios y trabajadores, todos con mascarilla y guantes. Así se prevé la reapertura de los más de 4.700 centros deportivos españoles. Quienes se atrevan a volver (se prevé que al menos un 60% tardará en reincorporarse) serán protagonistas de escenas que nunca habrían imaginado……

 “los usuarios vendrán con la ropa y calzado de deporte puestos, sólo pasarán brevemente por los vestuarios para dejar sus objetos personales y deberán respetar el metro y medio de distancia interpersonal (con separadores de 2×2 en el suelo y la inhabilitación de máquinas funcionando una sí y otra no). Además estarán un tiempo sin duchas ni fuentes (cada uno se trae su botellín), no podrán hacer reservas pero sí entrenamientos personales; el aforo se limitará en ese 30% establecido y se controlará que nadie acceda ni con fiebre ni con gérmenes porque se va a tomar la temperatura y se les desinfectarán manos y zapatillas al entrar”.

Y los colegios, y las guarderías…. La vuelta al cole, sea en junio como esperan las autoridades educativas, sea en septiembre o en octubre será muy distinta a como se ha conocido en el pasado. La medida de distancia social, la separación de un metro y medio o dos entre personas, lo cambia todo en un espacio como un colegio en el que la espontaneidad es un valor. Mascarillas para los niños. ¿Cuánto las aguantarán? ¿Cómo comerán si lo hacen en las dependencias del centro? ¿Cómo se gestionarán las aulas si cabrán sólo un tercio del curso? ¿Bajarán los ratios de alumnos? ¿Y el espacio del patio o los pasillos, el lavabo…? ¿Y qué ocurrirá si unos niños se pelean o si dos adolescentes se dan la mano por debajo de la mesa?.

¿Cómo se organizarán las guarderías? ¿Los laboratorios, el taller de trabajo, los seminarios en grupo? ¿Se enviarán a casa a todos los niños que hayan tenido contacto con un alumno enfermo por coronavirus? ¿También al profesor? ¿Y el transporte escolar? ¿La gimnasia? ¿Habrá excursiones y colonias?…..

Al parecer la “desescalada” va a ser un proceso más bien largo y nos enfrentamos a un montón de problemas, tanto procedimentales como de fondo, es algo nuevo para todos, un mundo nuevo donde nos encontraremos con problemas en cuanto a cómo debemos actuar y un gran problema de recuperar la confianza, pues sin esto difícilmente podremos levantar cabeza.

Entre tanto, todo lo que podamos ir avanzando, innovando, previniendo e instaurando antes de la apertura, será terreno ganado.

Fuentes: La Vanguardia, el periódico digital, varias publicaciones y  elaboración propia.